Después fuimos a La Bolera, pero aquí pinchamos, el río iba seco, pero ya que estábamos allí...
Ya en Julio nos metímos en el Trevélez, aquí coincidimos con dos grupos y fue un día un tanto accidentado, nada más empezar, la segunda poza se tragó una de nuestras sacas con una de las cuerdas, a continuación perdimos otra cuerda corta que se salió de la mochila sin que nos diésemos cuenta y lo peor aún estaba por llegar, aproximadamente a mitad del descenso, un compañero de uno de los otros grupos tuvo la mala suerte de partirse una pierna, así que entre todos se montó un dispositivo de autorrescate y sin grandes dificultades salimos del río.
Así que en breve volveremos al Trevélez a intentar recuperar la saca y la cuerda.
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